Iztapalapa, Ciudad de México.- Fátima, una estudiante de secundaria de 15 años, se enfrenta a un largo y doloroso proceso de recuperación tras sufrir lesiones severas en la pelvis y cadera.
La joven, quien se encuentra bajo tratamiento médico, requiere múltiples cirugías para poder recuperar la movilidad, según ha explicado su padre, Juan Zavala. «Le unieron todo eso con clavos y tornillos hacia la columna, va a necesitar más cirugías», señaló Juan, quien teme que su hija no logre recuperar completamente su capacidad para caminar.
Las heridas físicas, aunque graves, no son las únicas secuelas que Fátima enfrenta; las secuelas emocionales debido a un prolongado acoso escolar parecen ser aún más devastadoras para ella y su familia.
De acuerdo con el testimonio de su padre, el acoso comenzó a intensificarse desde el mes de enero, cuando al menos tres compañeros comenzaron a molestarla, llegando incluso a agredirla físicamente, incluyendo un golpe por parte de una niña.
«Desde enero aumentaron las agresiones, al menos tres compañeros la molestaban, incluso una niña la golpeaba», relató Juan Zavala. El acoso no solo se limitó al ámbito escolar; según lo informado, las agresiones también se extendieron a las redes sociales.
A pesar de los intentos de los padres de Fátima por alertar a las autoridades de la escuela sobre la situación, Juan Zavala asegura que no se tomaron las medidas necesarias. «Las autoridades hicieron caso omiso, no actuaron y para mí son quienes deben responder. Existe un oficio donde se intentó dialogar, pero no se presentaron», denunció el padre.
A pesar de las dificultades y la incertidumbre sobre el futuro de su hija, las clases en la escuela continúan con normalidad. Sin embargo, varios padres de familia han expresado su preocupación por la seguridad de sus hijos, advirtiendo que no enviarán a sus hijos hasta que se garantice su bienestar dentro de la institución.
La comunidad educativa se encuentra dividida ante la situación, y la demanda de medidas concretas para prevenir el acoso y proteger a los estudiantes crece con cada día que pasa.
El caso de Fátima ha puesto en evidencia la necesidad urgente de actuar frente al acoso escolar, un problema que sigue afectando a miles de jóvenes en el país, y que requiere una respuesta más efectiva de parte de las autoridades educativas y escolares.